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jueves, 8 de octubre de 2015

EDUCAR PARA LA VIDA



Es evidente que los padres y los docentes, si somos conscientes de la importancia de nuestra labor educativa, de la siembra que debemos hacer en las mentes y corazones del pupilo, jamás debemos perder de vista que estamos educando para la vida, que es el don más valioso que a todos se nos da desde el momento en que venimos a este mundo.

¿En qué consiste educar para la vida? En que hagamos todo lo posible por activar al máximo las potencialidades de nuestros hijos, de nuestros alumnos y de aquellas personas a quienes pretendemos capacitar para ser más felices y útiles para si mismas y la sociedad. En definitiva, todo se reduce a una educación inteligente, con amor, empatía y sabiduría, que potencie la inteligencia emocional y social del educando.

Todas las destrezas y habilidades mentales, emocionales y sociales que mostramos habrán de orientarse a que las personas a quienes pretendemos capacitar y adiestrar, aprendan las siete reglas básicas que cualquier adulto debe emplear casi a diario. Las enumero y comento brevemente. Seguramente se podrían añadir algunas más, pero creo que con estas ya podemos caminar por la vida con cierta seguridad.

1. Tomar los mandos de la propia existencia, autocontrol y dominio de sí para actuar siempre desde la serenidad ante las circunstancias que malograrán tu vida.

2. Hacerte el mayor bien posible a ti mismo. Prescindir de todo lo que complica tu vida y te mete en más problemas. No ser jamás tu mayo escollo y convertirte en tu principal benefactor y mejor amigo.

3. Hacer el mayor bien posible a tus semejantes, crea felicidad, alegría y vida a tu alrededor. Sé luz, amor y bondad; enriquécete espiritualmente. Sociabilidad, sal de ti hacia los demás, haz amigos.

4. Aprender de tus errores con humildad, tomar nota y procurar ser un mejor aprendiz de sabiduría cada día.

5. Cultivar y entrenar a diario tu cuerpo (es donde vives), tu mente (eres lo que piensas) y tu corazón (eres lo que sientes y amas).

6. Encontrar el por qué, la razón más poderosa que tienes para ser feliz y auto realizarte; lo que verdaderamente te motiva.

7. Dejar huella, tu aportación a la vida, a los demás. Que el mundo sea un poco mejor gracias a tu presencia. Si quieres educar para la vida, antes edúcate a ti mismo.

Bernabé Tierno
(psicólogo y escritor)

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